¿Qué le parece el modo en que nos hemos comportado los chilenos con los extranjeros que han visitado Chile por la sola posibilidad de que fueran portadores del virus de influenza humana?

Equipo VivaChile.org | Sección: Pregunta de la Semana
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¿Qué le parece el modo en que nos hemos comportado los chilenos con los extranjeros que han visitado Chile por la sola posibilidad de que fueran portadores del virus de influenza humana?
¿Solidarios o Soberbios?
VivaChile.org consultó la opinión de varios intelectuales y profesores sobre esta materia. Las siguientes fueron sus respuestas.

Opiniones

José Tomás Alvarado dice:

Ciertas situaciones difíciles ponen a prueba la verdadera calidad moral del carácter de una persona o de un pueblo. Si un acto de preocupación y cuidado con el prójimo no significa demasiadas molestias todo quien tenga “buena crianza” estará dispuesto a realizarlo. Muchas actividades “solidarias” subsisten ofreciendo la oportunidad de ser “buenos” a quienes quieran acallar los reclamos de su conciencia. La situación cambia, sin embargo, cuando el cuidado y la preocupación por el bien del prójimo requieren un esfuerzo especial o arriesgar de algún modo la propia comodidad. Creo que en este caso se ha llegado a ciertas reacciones un poco histéricas. Creo que esas reacciones también manifiestan que –colectivamente– no nos importan demasiado los pueblos vecinos.

José Luis Widow dice:

Según la información que tengo, en Chile, si bien se han dispuesto medidas para detectar la enfermedad entre aquellas personas que vienen de fuera, han sido razonables y a nadie se le ha tratado como a un leproso.
Más allá de cómo ha sido el trato a extranjeros, me parece que es importante destacar la actitud que debiera existir en el seno de cualquier grupo de personas: padecer una enfermedad contagiosa no es causa de que una persona deje de ser digna de consideración y respeto. A veces, pareciera que el terror al contagio nos lleva a actitudes y conductas que implican una subvaloración del enfermo tal que con nuestra reacción pareciera que le estamos diciendo “mira, yo te estimo mucho, mientras no signifiques para mi un peso, una carga o un cierto peligro”. La actitud cristiana en estas materias, aunque nuestras actuales circunstancias no se parecen ni de lejos a las de él, debiera mirar como ejemplo heróico al padre Damian, que, sano, fue a atender a leprosos a la isla de Molokai. Por supuesto, esto no significa renunciar a adoptar medidas prudenciales que eviten el contagio.

Ricardo Couyoumdjian dice:

Ni uno ni otro. Por lo demás, si fuimos poco conscientes del otro, basta pensar en los chilenos que fueron a Mendoza recientemente