- VivaChile.org - https://viva-chile.cl -

Gracias por hablar claro

Recién terminada la toma violenta  -y, ciertamente, victoriosa por todo lo que ha ido pasando en la PUC y lo que viene con las mesas de trabajo- una ex alumna me consultaba por correo-e:

“¿Ud. piensa que este movimiento es un invento del Frente Amplio? ¿Que las mujeres están siendo manipuladas y que sus reclamos les han sido sugeridos por terceros?”

Le contesté: “Sólo dos datos: Beatriz Sánchez estuvo en la toma de la PUC y Maite Orsini, diputada FA, llamó a tomarse todas las universidades.”

Otras personas y entidades -acabo de recibir el letrero feminista que la rectoría de U. Andes autorizó en exhibición en el edificio de Derecho y Economía- siguen pensando que no, que somos unos exagerados y retrógrados los que venimos advirtiendo del carácter decisivamente contra cultural del actual feminismo.

Pero, gracias a Beatriz Sánchez, Nelly Richard, Faride Zerán, Diamela Eltit, y a otras 18 mujeres de los “Diálogos Feministas Fundación Nodo XXI”, por recordarnos el pasado domingo 17 de junio, en El Mercurio, qué es lo que realmente se pretende.

Primero afirman que comparten  la alegría de ver cómo las movilizaciones protagonizadas por las estudiantes han vuelto a poner en circulación la palabra feminismo” en lo que califican como “irrupción explosiva del feminismo en el discurso público”.  El sólo hecho de alegrarse de que muchas decenas de miles de estudiantes, profesores y administrativos de la educación superior no hayan podido trabajar en paz, estén siendo agredidos por manifestarse de modo diferente y busquen otras opciones educativas para poder continuar sus tareas, revela el completo desprecio por la realidad.

A continuación afirman que están “convencidas de que ha sido gracias a estas movilizaciones que se han instalado temas… como la necesidad de repensar la educación desde una perspectiva no sexista, retomando y enriqueciendo con ello la lucha por la educación pública como un derecho social”. La ensalada de “no sexismo, educación pública y  derechos sociales”, no por ser grotesca, deja de revelar el auténtico sentido de lo que se busca: una sola educación a la pinta de la izquierda frenteamplista.

Agregan que “las mujeres trans y lesbianas en la disputa feminista han ampliado el cuestionamiento a las imposiciones de género dominantes y sus implicancias sociales”. Es la ideología de género (en Nueva York ya se reconocen 31 géneros distintos) la que usa a las mujeres como punta de lanza y algunas de ellas, felices de afirmar primero lo femenino, para disolverlo después en lo multi o asexuado.

Y entonces aparece Gramsci -¿cuándo nos creerán los bienpensantes de siempre que no hay diálogo posible con el marxismo en ninguna de sus formas?- cuando ellas afirman que “disputar los sentidos comunes, que todavía para una parte importante de la población están muy lejos del feminismo; construir agencia política capaz de entrar en diálogo y contradicción con el poder y de incidir políticamente sin renunciar a la rebeldía feminista y a su potencia disruptiva; avanzar en una articulación socialmente anclada, que convoque a las mayorías sociales golpeadas por el neoliberalismo; tensionar las prácticas e idearios de las organizaciones sociales y políticas: sindicatos, partidos, movimientos; ampliar y profundizar nuestra restringida y elitaria democracia y transformar la política reconstruyendo su vínculo con la sociedad, son algunos de los retos que abre esta movilización social.”

Y siguen, mostrándonos hasta dónde van a llegar. “En estos caminos feministas nos encontraremos desde nuestros distintos campos de acción y lucha, desde las universidades, las escuelas, las organizaciones de trabajadoras y trabajadores, desde la cultura y la comunicación, desde los movimientos y partidos políticos y desde las luchas antineoliberales por la recuperación de los derechos sociales y contra la precarización de la vida y el trabajo”.

¿Alguien piensa todavía que estamos frente a manejables problemas de protocolos por acoso sexual? ¿Será posible enfrentar esta contra cultura sin una gran organización de profesores e intelectuales que con fortaleza y racionalidad saquen a sus autoridades de la neblina en que se encuentran, al ceder y conceder?