Otra mirada

Axel Buchheister | Sección: Política, Sociedad

La publicación de los videos que muestran el operativo de Carabineros en el interior de la Comunidad Temucuicui que resultó en la muerte de Camilo Catrillanca, causaron tanto revuelo que condujeron al pase a retiro del general director de la institución. Eso, a pesar que más de alguien -con mucha razón- comentó que no agregaban nada nuevo a lo que ya se sabía. Pero es el impacto de las imágenes: una cosa es saber los hechos y otra verlos.

Y en ese sentido, quiero invitar a ver las imágenes desde otro punto de vista, porque muestran hechos que han pasado ignorados. Desde luego, se ha olvidado por completo en el debate público dónde comenzó todo: el violento robo de los automóviles de unas profesoras. Los autores huyeron hacia la mencionada comunidad perseguidos por carabineros, que es donde se inician las imágenes. Éstas muestran el difícil avance de los efectivos policiales, que debieron sortear obstáculos sembrados en el camino, que incluían grandes árboles derribados sobre la vía. Pues bien, esto no pudieron hacerlo quienes huían, ya que al detenerse y trabajar en el volcamiento de los árboles habrían disminuido tanto su marcha, que habrían sido alcanzados. Tampoco los obstáculos estaban ahí desde antes, porque ellos no habrían podido pasar. Entonces es forzoso concluir que recibieron ayuda desde el interior de la comunidad para cubrir su fuga y que hubo coordinación para prestarla en el momento exacto. Eso es muy grave y se llama complicidad. Cabe esperar que sea investigada a fondo por el Ministerio Público.

Las imágenes de los bloqueos, además, ponen de manifiesto las condiciones de inusitado riesgo en que la policía debe cumplir su función y explica la mal llamada “militarización” de La Araucanía, que no es otra cosa que Carabineros se ve impelido a usar medios de protección y acción muy distintos de los que emplean en el resto del país. Se advierte en ellas cómo avanzan a pie en formación táctica, vigilando los flancos y se puede sentir la aprensión por un ataque armado, que ha sucedido antes y podía ocurrir en ese momento, porque en la vegetación quizás aún estaban ocultos y armados los que plantaron los obstáculos. También las imágenes despejan la idea de un actuar avieso y premeditado de los efectivos en contra del fallecido comunero, cuando se advierte que al constatar que estaba todavía con vida inician los primeros auxilios para tratar de salvarlo. Probablemente cometieron un error de juicio al disparar, pero la tensión bajo la cual encontraban debe ser ponderada. Así, con ese testimonio gráfico resulta del todo fuera de lugar la declaración en televisión del padre del fallecido, incluso entendiendo su dolor, sosteniendo que “creemos que la intención del gobierno fue matar a Camilo”.

Los videos son prueba de varias cosas y hay que verlas todas. Y las culpas en La Araucanía no son exclusivamente de los gobiernos que han tenido que reprimir la violencia o de Carabineros.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera