Maternidad vulnerable: el punto ciego

Francisca Jofré y Virginia Latorre | Sección: Política, Sociedad

Hace unos días el Presidente Sebastián Piñera dio a conocer el Mapa de la Vulnerabilidad, que entrega las directrices sobre los grupos vulnerables en los que el gobierno pondrá el foco en los próximos años. Se definió darle prioridad a 16 grupos. Valoramos el trabajo y la propuesta moderna de implementar este importante proyecto, y esperamos que su éxito sea un avance en el desarrollo social de Chile, mejorando la vida de muchas personas que hoy necesitan apoyo y oportunidades. Así como apoyamos la iniciativa, también tenemos el deber de expresar nuestra preocupación al confirmar que hay un grupo muy relevante que sigue siendo invisibilizado, y que nos atrevemos a decir que es uno de los grupos más vulnerable después de los niños. Nos referimos a las mujeres madres en situación de vulnerabilidad.

Según datos de la Casen, la población afectada por la vulnerabilidad que sufren las madres jefas de hogares monoparentales en nuestro país suman más de un millón y medio de personas. Gran parte de esa población son niños y niñas. Son las mujeres que registran menor escolaridad, mayores problemas de vivienda e inserción laboral. Si a esto agregamos que más de un tercio  de los niños que ingresan a algún programa del sistema de protección provienen de estos hogares, cuesta comprender que ellas no estén siendo consideradas en el mapa de la vulnerabilidad.

La mujer madre en situación de vulnerabilidad ha quedado en un punto ciego para nuestra sociedad, que visualiza a los niños y sus problemáticas, y a ella como un elemento de influencia para cambiar la realidad de esos niños, sus hijos. Sin embargo no se está viendo a estas mujeres como sujetos de vulnerabilidad. Si bien es cierto que uno de los grupos definidos sí va en apoyo de mujeres víctimas de violencia , y que muchas de ellas son mamá, la problemática de la mujer madre se enmarca en una realidad que tiene muchas aristas distintas, y que requieren ser abordadas de manera integral para un cambio real y sostenible.

Las mujeres madres no son un grupo de presión, no marchan, no desafían ni exigen. Ellas están demasiado ocupadas lidiando con ingresos insuficientes, no tener con quién dejar a sus hijos cuando se enferman, con el sistema de salud, las falencias en sala cuna y en el sistema educativo, pensiones alimenticias, depresiones posparto, intentando criar sin tener todas las herramientas, tratando de adaptarse a una nueva cultura para darle un mejor futuro a sus hijos en un país que no es el suyo, haciendo lo imposible para compatibilizar su trabajo con tiempo para sus hijos, pensando en cómo terminar sus estudios, entre miles de otras cosas. No las vemos, pero sus problemas repercuten en toda nuestra sociedad, en nuestro desarrollo y en nuestra infancia. Verlas a ellas permitiría a miles de mujeres empoderarse para mejorar su bienestar, a miles de familias salir de círculos de pobreza, y a miles de niños desarrollarse de manera sana.

Si en el mapa de la vulnerabilidad se identificara el colectivo “maternidad vulnerable” estaríamos aprovechando una gran oportunidad de focalización de políticas públicas y sociales dirigidas al desarrollo de la mujer que es madre en circunstancias de precariedad y de generar un beneficio directo para los niños y niñas más vulnerables. Sería una forma eficiente de actuar a nivel preventivo en un importante grupo de niños y, al mismo tiempo, de promover el desarrollo de la mujer más desamparada, poniendo atajo a la regeneración de situaciones de vulnerabilidad en una población importante de nuestro país.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Líbero, www.ellibero.cl