Lo que el caso Rojas dejó

Gonzalo Rojas S. | Sección: Educación, Historia, Política

El episodio Mauricio Rojas vs. Museo de la Memoria, y después izquierda vs. Mauricio Rojas, para terminar en Sebastián Piñera vs. Mauricio Rojas  (pobre Rojas, estuvo en todas) revela el profundo desprecio de parte importante de la derecha por el valor de la Historia.

Eso viene, como tantas cosas, del lavinismo.

Sí, fue Joaquín Lavín quien instaló con fuerza el mantra “a mí no me importan  las contiendas del pasado, yo sólo miro al futuro” (mientras de paso, claro está, se “arrepentía” de su colaboración con el, Gobierno militar: eso sí que le interesaba dejarlo en claro).

El propio Mauricio Rojas dio señales de hacerse cargo de un requerimiento piñerista perfectamente consonante con el lavinismo,  cuando editó el 2016 un libro en cuya portada la glamorosa foto del candidato Piñera iba acompañada del título “La historia se escribe hacia adelante.” (Y el buen Rojas, historiador con una magnífica aportación sobre Lenin y el Totalitarismo, ha comprobado ahora la banalidad de esas palabras. Para él, como siempre, la Historia, se ha escrito sobre el pasado).

Quienes -pocos- nos hemos mantenido activos en la investigación y en la divulgación de la verdad histórica, hemos sido mil veces ninguneados por los profetas del futuro, por esos derechistas que miran el pasado en modo avión y el futuro en signo pesos. Pero cuando esos mismos sujetos comprueban cómo los hieren manipulándoles e imponiéndoles una falsa Historia de Chile, estrilan y se lamentan. Y les seguirá sucediendo, mientras no haya cambios de actitud.

Mientras desde el Ministerio de Educación no se revisen las atrocidades contenidas en los programas de estudio de Historia; mientras los padres de familia no incentiven a sus hijos para que estudien Historia en las pocas instituciones que la enseñan con honradez; mientras las municipalidades en manos de Chile Vamos no promuevan cursos y seminarios, exposiciones y museos verdaderamente rigurosos; mientras los particulares no financien de su bolsillo investigación y editoriales independientes, ya que gran parte de las oficiales están controladas por las estructuras de la izquierda; mientras el Gobierno actual no corrija errores históricos y no refuerce su asesoría en la materia; y así en muchas otras dimensiones.

Ah. Y además hay que apurarse, porque ya viene la ley sobre cárcel para los historiadores.