Aborto: las palabras correctas
Gonzalo Rojas S. | Sección: Política, Sociedad, Vida
Estamos preocupados por la palabra “bingo”; y antes nos remecieron “inclusión”, “gratuidad”, “transgénero” “acoso” y “feminismo”, entre otras.
Todos, ciertamente, conceptos importantes en la disputa cultural.
Pero hoy nos deben conmover, como nunca antes, los dos principales adjetivos que se quieren adjudicar al proyectado aborto hasta las 14 semanas (por supuesto, problema paralelo es que se está cumpliendo muy rápido la profecía: después del aborto, por causales, el aborto total).
Esos adjetivos son “libre” y “seguro”.
El aborto no es jamás libre. Ciega definitivamente la libertad de la creatura ya concebida y daña indeleblemente la libertad de quien pide su práctica o colabora con ella. La culpa podrá remitirse con el debido arrepentimiento y el consiguiente perdón, pero la injusticia cometida es irreparable. La vida aquella ya fue irremediablemente desechada. Es una de aquellas decisiones que esclavizan, porque no hay posible vuelta atrás. De libertad, nada.
El aborto no es jamás seguro. Coloca a quienes participan voluntariamente en esa acción en la total incertidumbre sobre el sentido de la vida y de la muerte; los deja abiertos a quizás qué otros comportamientos, con toda certeza mucho menos graves que el aborto y, por eso mismo, fácilmente practicables mientras no se corrija la radical desviación de la conciencia que significó abortar voluntariamente. De seguridad, nada.
En este tema no corresponde aceptar ni de lejos algún eufemismo.
Por eso, no cabe más que usar los adjetivos adecuados para calificar el aborto que ahora se nos propone: es simplemente el aborto total y criminal.