¿Un ranking muestra la verdad?

Gonzalo Rojas S. | Sección: Educación, Sociedad

Justo cuando se acaban de cumplir los 130 años de vida, el viernes 8 de junio recién pasado, la P. Universidad Católica de Chile aparece en un prestigioso ranking en el lugar 132 del mundo.

Gran alegría por un merecido reconocimiento a todos los esfuerzos que se vienen haciendo desde la señera rectoría de don Jorge Swett en adelante (1973-1985) para sacar a la universidad de la crisis profunda en la que la sumió el período Castillo Velasco, y proyectarla, por fin, hacia las 100 mejores del mundo (hay unas 17 mil en el planeta).

Pero, ¿porqué al mismo tiempo que recibimos esta noticia, tantas personas -ex alumnos, profesores, administrativos, alumnos, amigos- se preguntan por la real situación actual de la universidad, con un ‘qué está pasando de verdad’?

Es que una triste paradoja va develándose en nuestra vida diaria en la Pontificia: mientras más mejoramos en los rankings, parece que más lo hacemos a costa de nuestra propia identidad y fines superiores.

Llegué hace más de 47 años a mi universidad y puedo dar fe de que:

a) Cada año son menos los profesores dedicados a sus alumnos (atención en sus oficinas, corrección de trabajos, etc.) y cada año son más los profesores dedicados a publicar… o perecer.

b) Cada año son más los alumnos que no se identifican en lo más mínimo con nuestra esencia (incluso, la combaten) y cada año son más también, los alumnos apáticos frente a esa situación de pérdida de espíritu, sólo interesados en una cualificación profesional.

c) Cada año son más los profesores seleccionados, calificados y promovidos por sus aportes objetivos y cuantificables, sin que haya estímulos claros para su identificación con los fines institucionales. Hoy es mucho más importante la “marca de la ropa” que “la camiseta”.

d) En muchas decisiones de algunas de nuestras autoridades se aprecia cuánto se ha deteriorado el sentido de la autoridad y de la identidad, cómo influyen los criterios de la transacción antes que los propios de la convicción.

e) Hay una deslavada ¿presencia? de la Gran Cancillería, de la que se esperaría otra fuerza, otra línea, otros correctivos, de acuerdo a las disposiciones de Ex Corde Ecclesiae.

f) La presión exterior sobre nuestra corporación es creciente y cada día más eficaz. Quienes buscan quedarse con el botín UC para pasarlo a sus dominios, han abierto ya importantes forados en nuestra casa y entran a ella sin impunidad. Metáfora y realidad física coincidieron en la reciente toma.

Momento de extrema gravedad, punto de quiebre en nuestra identidad, estado de crisis de nuestra misión. Eso es mucho más real que el lugar  en el ranking.