LA UNIVERSIDAD EN CHILE: EL REINO DE LO FÁCTICO

Benjamín Lagos | Sección: Educación, Política, Sociedad

El ex candidato presidencial José Antonio Kast volvió a ser blanco de la violencia universitaria. Si bien se libró de una golpiza como la sufrida en Iquique, en Temuco fue víctima de insultos y encerronas, debiendo ser protegido por Fuerzas Especiales de Carabineros. El que un político no pueda ofrecer una charla en una institución de educación superior sin incidentes, refleja el grave estado de la universidad en Chile, capturada por grupos de presión que le atribuyen una suerte de extraterritorialidad que hacen valer por la fuerza.

Desde comienzos del siglo XX y de forma más aguda a partir de la década de 1980, la universidad -en teoría, el lugar de ejercicio de la racionalidad por excelencia- cobija frecuentes vulneraciones al ordenamiento jurídico, sin que eso despierte la reacción de nadie o casi nadie. “Funas”, tomas, paros, destrucción de instalaciones, “mechoneos” humillantes, asambleas tumultuosas, elecciones amañadas, hacen de la universidad el reino de lo fáctico, respecto del cual el imperio del Derecho no alcanza a penetrar sus extramuros.

Este poder de facto tiene su origen inmediato en las elecciones de federaciones y centros de alumnos. En muchos planteles, la política está controlada por oligarquías de todas las gamas de la izquierda, que se aseguran una baja participación -v.g.: para elegir la federación que atacó a Kast en Temuco, participó el 10% del alumnado-, un sistema electoral confuso y un padrón confeccionado a su favor. Y como en un proceso revolucionario la delantera siempre la lleva el más radical, de ahí se sigue la captura de tantas federaciones por la izquierda extrema, hecho absolutamente anómalo en un Estado de Derecho. La filiación marxista y por tanto totalitaria de esos grupos hace incompatible su actividad pública con la Constitución y la ley; situación todavía más grave en las universidades estatales por cuanto las federaciones perciben fondos públicos para sus actividades.

Para disputar el proceso político y restablecer la vigencia del Derecho en la universidad, no se puede jugar en la cancha impuesta por los poderes fácticos. Esperar sujeción al Derecho y limpieza electoral de las federaciones de inspiración marxista es de una ingenuidad enorme. Los universitarios interesados deben explorar otras vías: desafiliaciones masivas, creación de federaciones paralelas. Más imaginación, más organización. Y en lo demás, la recta aplicación de la ley por parte de la autoridad.