Del delantal blanco a la boina roja

Sergio Rodríguez Galant | Sección: Política

El presupuesto 2018 será aprobado como último gesto de las mayorías conquistadas en 2013 y luego de negociaciones parlamentarias con la DC y Chile Vamos, que serán insuficientes para cambiar los sones e intenciones de la Presidenta Bachelet y la izquierda de la Nueva Mayoría. Sus contenidos y partidas le serán útiles al oficialismo tanto si pierde las elecciones y el poder, como si logra ganar y lo conserva.

Si pierde, dejará financiados amarres del “legado” de la Presidenta e impondrá claras restricciones a un nuevo gobierno con otras prioridades. Si gana, tendremos un gobierno financiado con deuda (pero orientada a sus políticas), una agenda legislativa copada y no un rumbo de continuidad, sino que un eje de izquierda neta.

En las partidas y asignaciones se perciben claramente las prioridades de la Presidenta, privilegiando el gasto por sobre la inversión y el crecimiento, así como procurando desfinanciar un programa de gobierno alternativo. A modo de ejemplo, la disminución de recursos para seguridad, además de reflejar que el tema no interesa a la Mandataria, implica que si gana alguien a quien sí le importe el problema no tendrá los recursos para enfrentar la delincuencia y el narcotráfico de manera efectiva.

En el presupuesto se protegen los recursos para seguir avanzando en la gratuidad universitaria, pero se incumple la ley de inclusión impulsada por la propia Nueva Mayoría, para así asfixiar la educación escolar particular subvencionada, destinada a desaparecer en las fauces del Estado, gobierne quien gobierne. Además, la Presidenta asegura recursos para los Ministerios de su interés –como los relacionados con temas de género y derechos humanos (ideologizados)–, su idea de cultura, su concepción de medioambiente protegido, etc. Todo eso en desmedro de mejoramientos reales en salud, seguridad, trabajo, vivienda, justicia, infraestructura y otras prioridades reales de la gente trabajadora del país.

Qué decir de la Fiscalía y la Contraloría. Restringir sus recursos en el presupuesto sirve al actual oficialismo tanto si continúa en el gobierno –para garantizarse impunidad en su actuares ilegales y de corrupción propios o de sus protegidos–, como en caso contrario, si alguien quisiera emprender la investigación y develación de los robos, escándalos y captura del Estado de estos últimos años, como en los casos de Codelco y TVN.

La Presidenta Bachelet se está cambiando el delantal blanco –que tanto vende en este país, como ella misma lo señaló en un acertado video– por una boina roja al más puro estilo chavista, para bailar un joropo en 2018. Ella estará en la ONU, disfrutando de su legado e influyendo ideológicamente a nivel internacional en lo que pase en Chile; mientras nosotros, al menos durante el próximo año, bailaremos al son de la música pagada por Michelle Bachelet y Nueva Mayoría.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El líbero, http://ellibero.cl