Para discutir a fondo XIV

Gonzalo Rojas S. | Sección: Política, Sociedad

Nos acercamos ya al final de nuestros comentarios sobre el Manifiesto, y presentamos, como siempre, el texto original entre comillas.

Priorizar la infancia

§ 37. La falta de un foco adecuado se observa, asimismo, en la penosa desatención que sufre la educación inicial, que es la instancia más relevante para avanzar hacia una reducción de las desigualdades. Está más que demostrado que la habilitación cognitiva y emocional de los niños es la base sobre la cual se construye todo lo demás. Y también que, cuando se trata de disminuir las brechas de desigualdad, invertir en ella rinde más que ninguna otra política pública. Sin embargo, no se ha actuado en consecuencia por la sola razón de que los menores de edad no votan ni marchan.

No sólo importa la desigualdad. Importa sobre todo que cada niño, sea quién sea en comparación con sus iguales, pueda desarrollar al máximo sus capacidades. Y la razón por la cual se dirigen los recursos a los jóvenes no es sólo electoral, es ideológica: el juvenilismo opaca toda consideración efectiva por la infancia.

“La deuda técnico-profesional

§ 38. Lo mismo sucede con su despreocupación por la suerte de la educación técnico- profesional, tanto en el nivel medio como en el superior. No es casual que en los países que han alcanzado un mayor desarrollo político y económico esa educación reciba una atención muy prioritaria, ya que constituye el soporte material para el bienestar.

Por eso era tan importante insistir en que debe reforzarse la iniciativa privada en esta materia y recordar que, por cierto, no hay ningún inconveniente en que, quienes la desarrollen en este segmento de la educación superior, obtengan un legítimo lucro por sus iniciativas.

La educación pública

§ 39. La educación pública es un elemento de primer orden para el fortalecimiento de la democracia, la igualdad de oportunidades y el progreso del país. Sin embargo, el propósito del gobierno de gestionar la educación pública a través del poder central es equivocado, va a contramano de las tendencias mundiales y, en la medida en que se haga efectivo, originará graves perjuicios a los estudiantes. En cambio, el municipio –como constituye la expresión del aparato público más cercana a las personas, implica una genuina descentralización y tiene un carácter incuestionablemente democrático–, es el llamado a recuperar y fortalecer la alicaída educación pública.

Bien planteado. Se podría haber agregado que una educación municipal bien fortalecida abre más opciones para la libertad de los padres, primeros educadores.