Para discutir a fondo X

Gonzalo Rojas S. | Sección: Política, Sociedad

Importancia política de la ciudad

“§ 29. También la ciudad representa un problema político muy relevante. Necesitamos ciudades humanas, con barrios, plazas, lugares de encuentro con la naturaleza y con los vecinos; dotadas de calidad estética y vías expeditas de comunicación, donde los más necesitados no sean sometidos a condiciones degradantes de transporte, que desmoralizan a las personas y les expropian el tiempo y el ánimo necesarios para el esparcimiento y la vida familiar.”

Una excelente declaración de intenciones. Bien. Pero ¿cómo se hace eso? ¿Necesita Santiago un Alcalde mayor? ¿Porqué no se propone un gran consejo de notables -algunos profesores universitarios, otros especialistas y, finalmente, miembros de agrupaciones ciudadanas- que pueda asesorar continuamente en estas materias en las grandes ciudades? ¿Los autores del Manifiesto están a favor o en contra de la ampliación de las consultas o plebiscitos comunales? ¿Son partidarios de la intervención habitacional en el nombre del combate a la segregación o prefieren dejar que las personas decidan de acuerdo a las ofertas? ¿Qué importancia le otorgan a la autoconstrucción y a la autogestión de espacios públicos?

Descentralizar

“§ 30. La integración social abarca el espacio y el tiempo. El centralismo no integra, divide, y es causa de una enojosa desigualdad de carácter geográfico. Las regiones requieren más autonomía, como asimismo una ayuda para capacitar a sus autoridades y atraer talentos hacia ellas, porque el centralismo ha producido una fuga de gran parte de sus ciudadanos más capacitados hacia la capital. Por otro lado, la multiplicación de regiones no ha hecho más que acentuar el poder de Santiago. Descentralizar significa habilitar lo local para que pueda hacerse cargo, de manera responsable, de todo lo que pueda ocuparse. Esto exige adecuadas condiciones económicas, políticas, profesionales y de infraestructura. Además, no hay una genuina integración si se posterga al mundo rural y no se consideran adecuadamente las regiones extremas del país.”

De nuevo, muy bien planteado, pero excesivamente genérico. Si no se baja a las dimensiones de adjudicación de atribuciones, de administración de presupuestos, de conservación de la diversidad cultural y física, de subsidios específicos al poblamiento y a la retención de población, todo se queda en agradables declaraciones. El tema de la ruralidad requiere, además, un tratamiento distinto de la simple regionalización.