No ha cambiado

Axel Buchheister | Sección: Política

Los candidatos a la primaria Chile Vamos estuvieron en los set televisivos y dos de ellos terminaron siendo “trendig topic” noticioso, y no por las mejores razones. Hay que ser justos y decir que no fue el caso de Felipe Kast, a cuya participación se le reconoció solvencia y articulación, tanto en las respuestas como en las ideas y propuestas, pero no hizo noticia porque es lo que se le pide a un candidato. No dar la talla es lo que hace noticia y eso pasó con Manuel José Ossandón y Sebastián Piñera.

A Ossandón le acusaron varias debilidades (discutible que todas fueran tales), pero la que marcó la pauta fue su total desconocimiento en cuanto al Acuerdo de París, sobre el cambio climático. Un tema que no solo había sido noticia del momento porque Estados Unidos, por decisión del Presidente Trump, se retiró de dicho convenio, sino porque hace pocos meses éste fue aprobado por el Senado en Chile, con el voto favorable del mismo Ossandón, lo que ni siquiera recordaba. Este bochorno viene a poner de manifiesto que se trata de un candidato que se mueve en un “ancho de banda” limitado, que él mismo proclama como su gran activo: el contacto con la calle. Aunque conocer directamente los problemas de la gente puede ser un activo, plantearse exclusivamente en ese nivel no basta y aspirar a la presidencia exige una proyección, conocimientos y habilidades más amplias, las que exigen ir más allá de lo que pide la calle e incluso, con no poca frecuencia, contrariar su simplismo.

Por otra parte, está el riesgo de los candidatos de caer en un autismo, en que no oyen a nadie ni se preparan debidamente porque ellos “se la pueden”. Y esto puede pasar la cuenta, porque –como precisamente Ossandón argumentó luego– no se las saben ni pueden saber todas. La reacción humilde de su parte y el reconocimiento de su responsabilidad, sin endosarla a nadie, es un punto positivo para un traspié superable, en un contendor nuevo en estas lides, si aprende la lección.

No se puede decir lo mismo de Sebastián Piñera, quien ha sido ya presidente. Su declaración sobre el micrófono de la Sofofa resultó francamente lamentable y grave, porque –como él mismo dijo días después– lo único prudente era esperar el resultado de la investigación. Partió señalando que tenía una impresión, que era lesiva para los espiados y sus familias, pero luego se entusiasmó y habló de “vuelco total”, de “fuentes confiables” e insinuó saber hacia dónde iba la investigación del Ministerio Público, lo que implica influencias de suyo cuestionables. Más aún, cuando hay otras investigaciones en curso en las fiscalías que de una u otra forma se vinculan a él. Fue su conocido ánimo de figurar y mostrar que se las sabe todas que lo llevó a hablar más de la cuenta. Es que no puede dejar el “payaseo”, como le han pedido.

En suma, Sebastián Piñera no ha cambiado en nada, contrariamente a lo que algunos suelen repetir en la actualidad. Que sostengan que no queda otra cosa que votar por él, lo puedo entender (no compartir). Pero que digan hoy es otro, queda demostrado que no es efectivo. Si gana, tendremos un gobierno igual al anterior y esa es la realidad.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera.