Para discutir a fondo V

Gonzalo Rojas Sánchez | Sección: Política, Sociedad

Continuamos con nuestro análisis del Documento “Manifiesto por la república y el buen gobierno”. Recordamos que los textos originales del Documento están entre comillas.

Espacio de liberación y encuentro

“§ 16. Muchas diferencias nos separan a los chilenos, pero hay que agradecer que hayamos llegado al reconocimiento de que nuestras discrepancias no se resuelven por la fuerza sino con métodos democráticos. La aceptación de la democracia implica una confianza fundamental en la razón, en la capacidad del ser humano de deliberar con la ayuda de los demás para llegar a soluciones justas. La democracia es consciente de que nuestras inteligencias son limitadas y de la necesidad de alimentarse de otras perspectivas para encontrar las respuestas adecuadas. Ella carece de la espectacularidad de las propuestas revolucionarias, su camino es la gradualidad, su herramienta predilecta es el diálogo. Los acuerdos no son un signo de debilidad moral, sino una expresión de la capacidad humana de ponerse en el lugar del otro y de hallar soluciones que sean aceptables para el mayor número posible de ciudadanos, aunque disten de ser perfectas.”

Está muy bien planteado, con una sola observación bastante obvia: no se ha dejado en claro que la democracia tiene sus límites y que eso sucede en dos sentidos. Por una parte, en cuanto a la necesidad de excluir prudencialmente de ella a quienes usan sus instituciones para eliminarla y, por otra, en cuanto a que hay decisiones de origen democrático que son inaceptables para la recta conciencia y que, por lo tanto, llevan a la democracia a situaciones de ilegitimidad que exigen reacciones de rechazo personal o social.

Democracia constitucional

“§ 17. La democracia constitucional no se presenta de modo espontáneo. De hecho, las épocas democráticas son una excepción en el marco de la historia universal, y todavía hoy son muchos los países que no la conocen. Sin la ayuda de instituciones que la impulsen y aseguren, resultará desplazada por formas autocráticas o por el derecho del más fuerte, propio de las situaciones de anarquía. Un peligro de la época presente consiste en el acostumbramiento a la democracia, que en muchos países occidentales se da simplemente por supuesta. No hay conciencia del largo y doloroso proceso histórico que está detrás de nuestras instituciones democráticas, y con gran frivolidad se pretende reemplazarlas por la espontaneidad de los movimientos sociales. En vez de seguir los cauces representativos, muchos prefieren una genérica alusión a las exigencias de ‘la calle’ y se arrogan un poder carente de toda legitimidad.”

Bien, pero, una vez más, ¿qué costaba recordar que fue casi exactamente eso lo que estaba pasando en Chile entre 1964 y 1973, que el Once de septiembre de 1973 enfrentó una situación como la descrita y que desde ese día se desarrolló el proceso por el cual el Gobierno Militar le devolvió la democracia a Chile?

Voluntad de reforma

“§ 18. La democracia constitucional se apoya en instituciones, pero en ningún caso postula el anquilosamiento social. La democracia que requiere el tiempo presente no puede tener un talante conformista, sino que debe estar permanentemente en proceso de reforma o evolución. La idea de evolución constante no significa cambiarlo todo ni empezar siempre desde cero, sino aprovechar lo más valioso del pasado para proyectarlo de manera creativa hacia los tiempos que vienen. La democracia que queremos está atenta a las reformas que evitan el divorcio entre las demandas ciudadanas y las formas institucionales.”

Por cierto que hay que preguntarse qué pide la gente, pero no debe dejarse de lado por ningún motivo -y en el texto está ausente- lo que paralelamente exige la naturaleza humana. Ajustar las instituciones a las demandas ciudadanas sin más, puede llevar a un país a un colapso completo. Y serían las mismas personas demandantes las que pagarían la cuenta del desastre, como ya sucede en Chile con las consecuencias de algunas leyes hechas sobre la base de las encuestas.