Recordando la hazaña del Piloto Pardo

Rolando Drago | Sección: Historia

#11-foto-1La Royal Geographical Society de Londres es, probablemente, la institución más prestigiosa del mundo en lo que se refiere a exploración geográfica. Desde su creación, en 1830, ha apoyado y visto pasar por sus puertas a los más grandes expedicionarios británicos, Scott, Livingstone, Darwin… Esta sociedad patrocinó también la famosa Expedición Imperial Transatlántica, que en 1914 llevó a Sir Ernest Shackleton y a su tripulación de 28 hombres al territorio antártico.

La historia es ya conocida. El “Endurance”, embarcación en que viajaban, tras quedar a la deriva, atrapada por los hielos antárticos, finalmente se hunde, dejando 28 náufragos. Tras una dura travesía, estos encuentran refugio en una isla inhóspita, Elephant Island, habitada casi exclusivamente por pingüinos. Mientras tanto, Shackleton, con un puñado de hombres, viaja en uno de los pequeños botes que sobrevivió al naufragio hacia el continente, en busca de ayuda para rescatar a la tripulación. Sus primeros tres intentos fueron fallidos, y sabiendo que las reservas de sus hombres se terminaban, Shackleton solicita la ayuda de la Armada de Chile, a la que contacta en la ciudad de Punta Arenas.

Es aquí cuando la figura de uno de los grandes héroes de la Marina chilena emerge, el capitán Luis Pardo. Este experimentado marino y su tripulación, con coraje, sentido humanitario y gran conocimiento de los mares australes y antárticos, logra lo que parecía imposible. En una embarcación a la que hoy no le estaría permitido abandonar ningún puerto, desafía condiciones climáticas y marítimas extremas y logra salvar a cada uno de los miembros de la expedición tras dos años de sufrir las duras condiciones antárticas.

Al cumplirse cien años de los hechos, la embajada de Chile en el Reino Unido ha organizado varias actividades recordando la hazaña del Piloto Pardo. Creemos haber cerrado un círculo. Llevamos la figura de Pardo a uno de los lugares donde esta historia comenzó, la Royal Geographical Society de Londres. Más de un centenar de personas, miembros de esta organización, acudieron a escuchar una conferencia del historiador chileno Fernando Wilson, profesor de la Academia Naval, quien detalló los pormenores de este rescate. Uno de los más sobresalientes del siglo XX.

También hemos recordado a Pardo en el Día de las Glorias Navales en la Abadía de Westminster, donde está enterrado Lord Cochrane, con la presencia de su alteza real la Princesa Ana y con actividades en Manchester, Cambridge, Edimburgo y Liverpool, cuyas universidades abrieron sus puertas a esta conmemoración.

Pocos saben que varios años después del rescate, Luis Pardo fue nombrado por el Gobierno de Chile cónsul en Liverpool, en ese entonces la segunda ciudad más importante del Reino Unido y uno de los centros navieros de mayor actividad en Europa. Allí, Pardo realizó una intensa labor, vinculándose activamente con todos los sectores de esta ciudad. Su oficina se encontraba en un gran edificio que hoy es patrimonio de la ciudad, el Tower Building. En los próximos meses brillará en su frontis una placa que recordará a tan distinguido cónsul, y que fue donada por la embajada en Londres y entregada en una ceremonia realizada en junio pasado en la alcaldía de Liverpool.

Al enaltecer a Pardo, conmemoramos no solo al hombre, sino que a los conceptos ligados a él: sentido de responsabilidad, coraje, profesionalismo y humildad; características que todavía son manifiestas en las labores de salvamento y rescate que nuestro país realiza en los mares australes. Desde los primeros asentamientos chilenos en la zona de Magallanes, nuestra Armada efectúa esas labores, cruciales para la seguridad de las aguas antárticas. Como alguien dijo, por cada Shackleton, Chile procurará tener a un Luis Pardo

La “Hazaña de Pardo y Shackleton” es también el punto de partida de la exitosa e intensa cooperación que chilenos y británicos realizamos en el continente antártico. El memorando de entendimiento entre el British Antarctic Survey e Inach, firmado en 2012, es un importante instrumento para resaltar el diálogo entre nuestros científicos. Aún más, el diálogo político entre el Ministerio de Relaciones Exteriores británico y el de Chile ha contribuido a un mayor entendimiento en el marco del Tratado Antártico y la Convención sobre la Conservación de los Recursos Marinos Antárticos.

La historia de Sir Ernest Shackleton y el capitán Luis Pardo refleja una larga tradición de amistad entre dos naciones. Llevada más al presente nos muestra el enorme potencial de Chile como un actor de primera línea en la comunidad antártica mundial.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio de Santiago.