Nicolás no tiene mamá

Pato Acevedo | Sección: Familia, Política, Sociedad

#08 foto 1El domingo pasado, día de la madre, nuestro párroco invitó a todas las madres presentes en la Iglesia a acercarse al altar una vez terminada la misa. Luego pronunció una bendición especial y leyó un hermoso poema sobre todos los pequeños detalles del amor maternal. Creo que todos nos emocionamos al recordar a nuestras propias madres, y los innumerables gestos de amor que damos por descontado cuando niños, pero se hacen cada vez más evidentes con los años.

Al escucharlo, recordé la polémica sobre el cuento “Nicolás tiene dos papás” que se produjo el año pasado en Chile. En particular, pensé en la reacción de Nicolás ante un momento como ese. Cuando todos nos emocionamos y alegramos, él se sentirá triste y excluido.

El día de la madre es de esos días que todos podemos celebrar, sin importar nuestra religión o idea política. Incluso, si por cualquier motivo no la tienes ahora, y no puedes celebrarla, esta fiesta se convierte en ocasión de un recuerdo cariñoso y nostálgico. Esto es cierto para cualquiera de nosotros, menos para un niño adoptado por una pareja homosexual. Sin su voluntad, Nicolás ha sido declarado ajeno a esa conmemoración.

Para tener una idea de la importancia cultural del día de la madre, basta recordar que es la fiesta más importante del año para el comercio, después de la navidad. Más allá del significado religioso ¿Se imaginan cómo se siente un niño al que le digan “tú no puedes celebras la navidad”? A un niño con dos papás se le hace un daño comparable a ese. Peor aún, porque la navidad es un día en el año, a lo más un mes de preparación. Tener una madre en cambio, es una experiencia compartida de un cariño que ningún hombre puede entregar, y que sentimos todos los días del año.

Nicolás se verá privado de todas esas vivencias, precisamente por la voluntad de las dos personas más importantes en su vida. No me digan que el daño psicológico en esa situación no será grave y permanente. Es cierto que hay mucho niños que viven situaciones familiares más graves que esa, pero en el caso de las adopciones por parejas homosexuales, se nos pide a todos que participemos, a través de la aprobación social y estatal. Yo no quiero.

Tampoco debemos omitir lo que implica que el Estado dé su apoyo una mentira evidente. Es mentira que Nicolás tenga dos papás, porque biológicamente eso es imposible. Él tiene un padre y una madre, igual que todos nosotros. Si por cualquier motivo los perdió, tiene el derecho a la verdad y a no ser forzado a participar toda su vida del engaño en que quiere vivir una pareja que dice ser sus padres.

Si ni siquiera podemos darle eso, al menos aseguremos su derecho a celebrar el día de la madre.

 

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La esfera y la cruz, http://infocatolica.com/blog/esferacruz.php.