La nueva caída del Imperio Romano

Forum Libertas | Sección: Historia, Política, Sociedad

#09-foto-1 No hay nada que sea más actual y de lo que podamos tomar referencias útiles como las dinámicas que dieron lugar a la caída del Imperio Romano, aunque sería mejor utilizar el plural, porque aunque separados por casi un milenio las enseñanzas proceden tanto del hundimiento de Roma como de Bizancio.

La caída fue lenta, duró siglos, tuvo atisbos de recuperación, y se precipitó en final trágico y terriblemente destructivo, porque estamos refiriéndonos nada más y nada menos que a la destrucción de una civilización.

El primer factor que entró en juego fue el demográfico, el Imperio Romano fue incapaz de mantener la población necesaria. Sus clases dirigentes tenían muy pocos hijos y los esclavos, que se habían convertido en, como mínimo, un tercio de la población, no tenían alicientes para tenerlos. Esto repercutió en la capacidad de defenderse, nutrir las legiones; y de alimentarse, sin suficientes brazos para la agricultura, lo que dio lugar a una invasión pacifica de pueblos germánicos procedentes del norte, y eslavos, en el este, que acabaron por producir una invasión pacifica de parte del territorio, y de las instituciones, sobre todo del ejército. Bajo estas condiciones el Imperio cayó por la incapacidad interna, el mal funcionamiento de sus instituciones, las crisis demográficas y económicas, y la presión externa. Todo esto no admite paralelismos fáciles, pero sí da elementos para la reflexión.

Hoy también el nuevo “Imperio” vive una crisis demográfica, económica e institucional profunda, y tiene en sus fronteras una presión militante del Islam más radical, que influye sobre grupos más numerosos de jóvenes europeos, hijos de inmigrantes, o conversos al Islam. Europa ha renunciado estúpidamente aquello que era su raíz, a las condiciones prepolíticas de sus instituciones, a la cultura y moral cristianas, y no tiene nada que ofrecer ni aglutinar, más allá de un materialismo cortoplacista y ramplón que se hunde, cuando la economía empeora. Muchos están dispuestos a morir por el pan nuestro de cada día, pero nadie para salvar la mantequilla.

El primo americano, que nos ha sacado las castañas del fuego, está en manos de un progre empedernido, que ha permitido que el caos se apodere de Oriente Medio y buena parte de África, bajo un cúmulo de errores y despropósitos contemplados bobaliconamente por una parte de la opinión pública europea, porque es un presidente negro y progre. Es una especie de racismo a la inversa, el mismo que hizo que le dieran el premio Nobel de la Paz sin otro mérito que tener dos, nada menos que dos, guerras en curso. Obama, que empieza cruzadas porque en países de África encierran a los gays, pero es incapaz de levantar un dedo, ni tan siquiera alzar la voz, contra el genocidio de cristianos en Oriente Medio, o al menos para defender los derechos humanos de los cristianos perseguidos y masacrados en Pakistán, uno de sus aliados. Que calla ante el escándalo de la prisión desde hace seis años de Asia Bibi, sobre la que pesa una condena a muerte por blasfemia, una ley atroz pensada para ajusticiar “legalmente” a cristianos.

Un Gobierno americano al que solo le interesa Europa como fuerza de choque para debilitar el renacimiento ruso, que busca un acuerdo comercial “histórico” negociado en la oscuridad, y que puede dejarnos en manos del poder de las multinacionales. Y, sin la protección americana, Europa se muestra incapaz a pesar de que tiene el Estado Islámico a 300 kilómetros de Italia, la isla de Lampedusa, y a 600 de Sicilia. Es tan inútil la Unión que ni tan siquiera su discurso de “poder blando”, arreglemos las cosas con ayudas y diálogo, funciona, porque permanece inane ante la sangrienta fosa en la que las guerras, la pobreza y el yihadismo han convertido el Mediterráneo.

En este contexto, solo falta que vengan los fachas a arreglarlo, los que piden la destrucción de la Unión como insensatos, lo que promueven la xenofobia antimusulmana, la otra cara del también estúpido buenismo que promete un Siglo de la Luces para el Islam, sin darse cuenta de que la Ilustración surgió porque existía una cultura cristiana que permitía la existencia de una conciencia libre como principio innegociable, y sin reparar que las atrocidades mayores surgieron de los vástagos de la modernidad y su reacción el modernismo, de la mano del nazismo y el comunismo.

#09-foto-2Solo la recuperación fuerte de los valores cristianos, un régimen económico de justicia social, la respuesta consistente al desafío del Islam, que no es solo el yihadismo, basada en el respeto, la valoración mutua, y el equilibrio entre derechos y deberes entre los estados; y una política europea común vigorosa en la acción exterior, inmigración y defensa, el fin del conflicto con Rusia, y una cooperación firme con ella, nos sacarán del atolladero. Esto y el canto a la esperanza a la vida, que dé lugar a un nuevo Renacimiento Europeo.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por Forum Libertas, www.forumlibertas.com.