Quince falacias abortistas

Domènec Melé | Sección: Política, Sociedad, Vida

#10-foto-1Son casi todas bastante viejas y suenan bien, pero encierran tremendas falacias, que conviene desenmascarar. He detectado quince, pero puede haber más. Las expongo acompañadas de un breve comentario:

 

1. Hasta las 14 semanas de gestación no hay vida humana.

Esto es un serio error biológico. A las 14 semanas el bebé ya tiene las orejas en su lugar definitivo y podrá hacer sus primeros movimientos con la cabeza, pero la vida humana es anterior. Desde la fecundación existe ya un individuo humano vivo, distinto del padre y de la madre, con su propio ADN. Es un dato científico. No se debe confundir la vida human con su desarrollo, que dura varios años. Basta dejar que se alimente y se aloje en el lugar adecuado para ver qué es “aquello”.

 

2. Yo respeto a la personas, pero el feto no es persona.

Depende de la definición de persona, pero, como decíamos, no cabe duda de que el feto es un ser humano, y por tanto tiene su propia dignidad.

 


#10-foto-23. Con mi cuerpo hago lo que quiero
. Si quiero gestar bien y si quiero abortar también.

Algo parecido podría decirse de embriagarse o de inyectarse cocaína, aunque denota muy poco respeto con uno mismo. Pero en el aborto no sólo se actúa sobre el propio cuerpo –interrumpir el embarazo– sino que se elimina a un ser humano alojado en el seno materno. El feto no es mi cuerpo sino alguien distinto de la madre.

 

4. Mi cuerpo es de mi propiedad. Y, por tanto, si quiero abortar, aborto.

Aunque fuera así, el niño que va a nacer no es objeto de propiedad de la madre ni de nadie, a menos que aceptemos que puede haber personas que son propietarias de otro. Por lo demás, la misma expresión “mi cuerpo es de mi propiedad” ya es confusa. De mi propiedad podrá ser una casa, un automóvil o una cuenta corriente, pero el cuerpo no es objeto de propiedad de nadie, ni siquiera del propio “yo”. El cuerpo es parte integrante de la persona.

 

5. Las mujeres parimos, las mujeres decidimos.

La maternidad es algo grande y muy digno de elogio, pero no se ve cómo la maternidad y el hecho de parir den derecho a decidir sobre la vida humana indefensa, que cuidan con esmerado cuidado y respeto la inmensa mayoría de madres del mundo.

 

6. El derecho al aborto es una conquista social irrenunciable.

¿De qué derecho estamos hablando? El aborto no es ningún derecho moral. Nunca hay derecho moral a matar a un ser humano inocente. Lo que es una conquista social es recuperar el derecho a la vida de tantos seres humanos que ahora son impunemente eliminados. El verdadero progreso es luchar contra la cultura de la muerte y el lucro de las clínicas abortistas.

 

#10-foto-37. Legislar contra el aborto es regresivo.

Algunos añaden que vamos a leyes de hace veinte años y que no podemos legislar de modo distinto a los países vecinos. Lo  que es regreso a situaciones indignas es no respetar la vida humana. Además, ¿Quién ha dicho que las leyes son mejores simplemente por ser más recientes? Y si los países vecinos tienen legislación abortista, ¿por qué no romper la tendencia legislando en favor de la vida?

 

8. Si usted no quiere abortar no aborte, pero no impida que otros aborten.

Se presenta así el aborto como una cuestión de conciencia personal. Pero no es sólo eso: hay en juego una vida humana, que es un bien jurídico que ha de ser protegido por la ley.

 

9. Estamos a favor de la libertad de las mujeres, no en contra de la vida.

Es cínico afirmar que defender el aborto, que es matar a un ser humano inocente, no es estar en contra de la vida. Además, la libertad de abortar puede generar presión sobre las mujeres para que aborten. En realidad puede quitarles libertad. Pero aunque no sea así, no es razonable presentar la libertad como argumento para matar a un ser humano inocente y débil. Con el aborto, quien no tiene libertad de vivir es la niña o niño que va a nacer.

 

10. Prohibir el aborto es una cuestión religiosa.

Es cierto que la inmensa mayoría de religiones defienden la vida, pero también defiende la vida cualquier persona de bien que comprenda que la vida humana no sólo es algo maravilloso sino también un bien común primordial a defender.

 

11. Con el aborto no se tiene que cargar con niños deficientes.

La grandeza de nuestra civilización es acoger a todos como personas con dignidad y cuidar a los más débiles. La sociedad debe ayudar a los deficientes, sin impedir que nazcan, como ayuda a los niños mal nutridos, sin sugerir eliminarlos para terminar con este problema.

 

12. Si no puedo atender a mi hijo, prefiero eliminarlo.

Hay centenares y miles de familias dispuestas a adoptar. “Si no queréis tenerlos, dádmelos a mí” decía la madre Teresa de Calcuta. Es un contrasentido que cueste tanto adoptar niños y tan poco eliminar las criaturas que lo harían posible.

 

#10-foto-413. Las mujeres seguirán abortando, pero en condiciones precarias y hasta arriesgadas o, si pueden, irán a abortar a otro país.

No es seguro que una buena ley, acompañada de apoyos a la maternidad y la familia, no sea disuasoria. Con este argumento tampoco cabría prohibir la ablación de genitales de las niñas. Se puede argumentar que seguirán haciéndolo, lo cual tampoco está claro.

 

14. No se puede obligar a nadie a ser madre.

Por supuesto que no. Faltaría más. Lo que sucede es que la embarazada ya es madre. El feto no está en el seno materno por casualidad. Puede que el niño no haya sido deseado, pero, ¿qué culpa tiene el niño para ser condenado a morir?  Dónde hay que actuar es en una correcta educación sexual y en perseguir las violaciones.

 

15. El aborto es sagrado. Es el grito de las mujeres “Femen”.

Que me perdonen, pero si por sagrado entendemos algo con gran dignidad o relacionado al culto divino, entonces, afirmar que el aborto es sagrado, cuando se sacrifica a un niño indefenso, es algo sencillamente diabólico.

 

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por Temes d’Avui, www.temesdavui.cat.