La partícula de Dios, nuevamente de actualidad

Manuel Cruz | Sección: Religión, Sociedad

Nuevamente la llamada partícula de Dios, en ciencia el Bosón de Higgs, está de actualidad. La publicación en Internet, hace algún tiempo, de una nota interna entre varios investigadores del experimento Atlas (uno de los cuatro principales del gran acelerador de partículas del CERN (Laboratorio Europeo de Partículas, Antiguo Centro Europeo de Energía Nuclear)) difundía en todo el mundo los rumores sobre la posible detección del bosón de Higgs, conocido mundialmente como “la partícula de Dios” responsable de la masa de todas las demás partículas del Universo y, por supuesto sería como descubrir “la razón y el origen de que la materia tenga masa”. Incluso los hombres estamos hechos de partículas, según la Física. Por cierto la Biblia dice: “Entonces Yavé Dios formó al hombre del polvo del suelo…

Pese a tratarse de un acontecimiento científico,  fundamental para el conocimiento de lo que nos rodea, el bosón de Higgs o “partícula de Dios” ha adquirido, por su propio peso, una importancia enorme para el gran público, y la gran prensa del mundo lo ha dedicado una atención especial. De todas formas el descubrimiento del bosón  de Higgs significaría un acontecimiento científico de primer orden, sería algo así como completar la Física de la materia a nivel de partículas, de lo infinitamente pequeño, y, por supuesto la materia de todo lo que nos rodea, de los árboles y las piedras, los hombres y los planetas…

Fue Leon Lederman quien le puso el nombre de “partícula de Dios”, al bosón de Higgs. Lederman no era un indocumentado charlatán, sino un reputado científico, Premio Nóbel de Física en 1988, por sus descubrimientos en Física de Partículas. Leon Lederman, denominó como “partícula de Dios”, al bosón de Higgs, precisamente por su importancia en la Física de Partículas y sobre todo por su dificultad de poder hallarlo. Se consideraba y se considera como algo fundamental  para el conocimiento intimo de la materia, a nivel del mundo infinitamente pequeño, soporte y apoyo de toda la naturaleza que nos rodea e, incluso, del universo.

Su libro: “The God Particle” (La partícula de Dios) hizo fortuna y lanzó a la opinión pública la importancia que para el conocimiento sobre la forma en que se constituyó la materia, desde su más íntima pequeñez, compuesta por partículas invisibles.

Se trata de un libro científico de divulgación, de muy difícil lectura, que trata de aproximar la Física de Partículas a la sociedad en general. Lederman explica así las razones por las cuales puso este apodo al bosón de Higgs: “Hay, creemos, una presencia espectral en el universo que nos impide conocer la verdadera naturaleza de la materia. Es como si algo, o alguien, quisiese impedirnos que consigamos el conocimiento definitivo”. Y, a continuación, sigue: “El nombre de esta barrera invisible que nos impide conocer la verdad es el campo de Higgs. Sus helados tentáculos llegan a cada rincón del universo, y sus consecuencias científicas y filosóficas levantan gruesas ampollas en la piel de los físicos. El campo de Higgs ejerce su magia negra por medio de una partícula que se llama bosón y es una razón primaria para construir el gran acelerador de partículas del CERN (el mayor que existe en el mundo, y tal vez la “máquina mas grande y mas compleja hecha por el hombre, dotada con las tecnologías mas avanzadas del momento, muchas de ellas creadas para este experimento, así como la máquina entera, para poder detectar el bosón de Higgs.

Solo el gran acelerador de partículas (conocido científica y técnicamente como el “Gran Colisionador de Hadrones” (LHC) –sigue Lederman– tendrá la energía necesaria para producirlo y detectarlo (el bosón de Higgs), o eso creemos. Hasta tal punto es el centro del estado actual de la física, tan crucial el conocimiento final de la estructura de la materia y tan esquivo, sin embargo, que le he puesto un apodo: “La Partícula divina”. Y añade que una de las razones para denominarla así, –aunque se justifica afirmando que “las ha cogido por los pelos”–, que en un libro mucho más viejo “hay una cierta conexión” con el bosón: la Biblia.

La partícula y la torre de Babel

Es importante destacar aquí que un científico como Lederman, premio Nobel de Física, tiene algún conocimiento de Dios, “aunque traído por los pelos”, como él quiere justificarse, por lo cual entre sus razonamientos está presente la idea de Dios.

La cita de la Biblia que trae a colación es, concretamente, la que describe la torre de Babel…”Vamos a edificar una ciudad y una torre, cuya cúspide toque los cielos y nos haga famosos…Bajó Yavé para ver la ciudad y la torre y se dijo: He aquí un pueblo uno, pues tienen todos una lengua sola… Bajemos, pues,  y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros. Y así aparecieron la confusión de las lenguas”. No se olvide que la Torre de Babel es un símbolo del orgullo humano, el fracaso de la racionalidad frente a lo divino. Es  pues importante lo que este científico piensa y considera.

Pero volvamos a la actualidad. Lo cierto es que la publicación en Internet del descubrimiento de bosón de Higgs, cuando no era tal, hizo saltar a la prensa de nuevo la “partícula de Dios”, pero tras un análisis exhaustivo de los datos, se pudo demostrar que aquellos posibles signos de su existencia  eran erróneos.

En una entrevista publicada por “ABC ciencia”, de la que es autor José Manuel Nieves, con el físico  español, Alvaro de Rújula, éste afirma, como físico teórico que es, que “el verdadero descubrimiento sería no encontrar el bosón de Higgs”. Rújula ha sido director del Departamento de Física Teórica del CERN. De todas formas –sigue diciendo- si se confirma el descubrimiento de este bosón, sería uno de los mayores descubrimientos científicos. Sería algo así como descubrir la razón y el origen de que la materia tenga masa.

Rújula se pregunta ¿Y por qué tenemos nosotros, y las partículas elementales que nos componen, esa propiedad que se llama masa? Y se responde, –siempre dentro de la entrevista de José Manuel Nieves–, “las partículas elementales tienen masa porque están sumidas en un campo que no se ve y al que llamamos el campo de Higgs, y que permea el vacío por completo

Las partículas elementales tienen su particular estructura. Rújula lo dice mejor: “Las estructuras de la naturaleza son variadísimas. Sin embargo, las leyes fundamentales de la naturaleza y los constituyentes elementales de la materia, de la estamos hechos, son ambos sorprendentemente simples. Lo que es complicado es combinar estos ladrillos de las innumerables formas posibles. Pero cualquier estructura, por diferente que nos parezca, está constituida por esas pocas sencillas leyes

Pero algo ha quedado en el aire: ¿Y si no se encuentra el bosón de Higgs? Rújula contesta: “Si no lo encontramos, entonces sí que será un descubrimiento importantísimo, comparable a cuando Michelson y Morley intentaron detectar el movimiento de la Tierra en el éter y encontraron con que no había éter…

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por Análisis Digital, www.analisisdigital.org.