La vigente amenaza de la politización

Sebastián Pacheco | Sección: Educación, Política

Las elecciones de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) para el año 2009 que acabaron de terminar hace algunos días arrojaron varias conclusiones y reflexiones importantes. En primer lugar, nuevamente la Católica demostró ser la universidad más participativa y más democrática de todo Chile. “¿Cómo?”, dirá un atento lector: ¿La Católica? “¿Participativa?” “¿Democrática?”. Veamos.

1) Participativa porque votaron en este año en segunda vuelta 12.097 personas, lo que equivale a casi dos tercios de la Universidad. No hay ninguna otra federación de estudiantes que pueda ostentar este récord, inclusive la que supuestamente es la Federación más influyente del país (FECH) no alcanza el 50% de los estudiantes para ser elegida. En la UC, en cambio, no hay FEUC que pueda elegirse con menos de la mitad de los alumnos regulares de la Universidad (de un total de 18.500 estudiantes aprox., que conforman el padrón electoral), e incluso la participación se ha mantenido entre un 55% y un 65% desde hace muchos años.

2) ¿Democrática? ¿La UC? La más democrática de todas. Todas las formas de pensamiento tienen la oportunidad de expresarse abiertamente y de tener una lista competitiva en busca del “sillón de la FEUC”. La izquierda extraparlamentaria, excesivamente representada en todos los planteles de educación superior en nuestro país sacó en esta elección su 10%, que es lo máximo que han podido llegar a aspirar en las elecciones nacionales. Pudieron participar libremente, con una campaña que ellos pensaron y que pudieron difundir.

Por otra parte la Concertación. En algunas ocasiones disfrazada de independientes (estrategia tan frecuente en los últimos años). Ellos, admitiendo algunos ser socialistas –además de haber sido así presentados en toda la prensa–, fueron capaces de aglutinar sin doctrina a todos aquellos que viven irreconciliados con prejuicios y divisiones del pasado. De recibir recursos, financiamiento y felicitaciones públicas de distintos personeros ligados a la Concertación. Finalmente los gremialistas, con el estilo de servicio universitario, un discurso de trabajo eficiente y de equipo humano que es antónimo natural de la “política universitaria”…y con dos Federaciones a cuestas.

Todos pudieron expresarse, pasar por las salas, exhibir afiches y pintar en los patios. Asperezas hubo, como en toda competencia. Intentos de fraude, también (se impugnó la mesa de votaciones del candidato de la Concertación porque hubo disconformidad entre firmas y votos emitidos en la urna). Pero sin duda la UC, dio una nueva muestra de coherencia y convivencia cívico-democrática.

Ganó la Concertación y el socialismo en la UC. ¿Qué pasó? En primer lugar la motivación por llegar a ser FEUC. Luego de dos gestiones impecables de administración gremialista, los estudiantes han podido realmente darse cuenta de la importancia de la FEUC y todo el trabajo que conlleva: vida universitaria, ayuda estudiantil, relación con las autoridades y fomentar la participación de los alumnos en la universidad. Fueron administraciones que gestionaron bien y tuvieron posturas claras. Se defendieron los principios de la libertad, de la dignidad de la persona humana, de la despolitización y de la subsidiariedad de frente, sin callar ni tranzar aquello que no merece ser tranzado. No se entiende este notable interés en trabajar desde la FEUC si no es por todo lo importante que es percibida, más aún durante los últimos dos años.

Segundo: Año electoral. No es casualidad que la última vez que ganó la izquierda haya sido en año de elecciones. Hoy se repite. Un movimiento nuevo –al igual que para las elecciones del año 2004, cuando se presentaba una lista llamada U05– que aparece con una gran organización y gran cantidad de recursos. Sin duda debemos ser responsables con lo que acá enunciamos. No obstante ello, hay una casualidad.

Tercero: Resistencia contra el gremialismo. Culpa compartida. Por una parte, un mensaje ultrapolítico que, anclado en una violencia basado en argumentos anacrónicos e inimputables a nuestra generación, buscan ideologizar una discusión que por su naturaleza es y deberá ser universitaria. Muchas veces no se escatiman esfuerzos en sembrar la motivación de que esto es igual a la política: que toda la izquierda debe estar en contra del enemigo común. Por otra, el mensaje gremialista que, por distintos motivos, aún no llega a estudiantes que buscan una alternativa distinta de trabajo estudiantil.

¿Cuál es la conclusión más relevante?

Que no podemos dormirnos en la defensa de los principios que hemos defendido. Hay quienes dicen que la bandera de la autonomía y de la despolitización ya ha pasado de moda, al menos en la UC. No es así. Vemos que la amenaza partidista en organizaciones estudiantiles está más vigente que nunca. En pleno siglo XXI vimos como el partido socialista presentó un candidato y a la mitad + 1 de la UC le importó muy poco o nada. De nosotros depende seguir defendiendo y transmitiendo la importancia de que el trabajo estudiantil sea para los estudiantes y desde los estudiantes. Esto es un pilar fundamental de la sociedad libre: que la autonomía de los cuerpos intermedios exista realmente.

De todas formas debemos estar tranquilos. El gremialismo en la UC está vigente y mucho. Lo demostró la enorme cantidad de personas que apoyaron genuinamente un proyecto que no se agota en llegar solamente a la Federación “por ser Federación”. Son varias las Federaciones que el Movimiento Gremial de la UC ha perdido, pero hay algo que ha ganado con seguridad: la mejor gente para Chile.




Nota: Sebastián Pacheco es estudiante de Construcción Civil en la Pontificia Universidad Católica y es presidente del Movimiento Gremial.

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