El hombre y el Estado

Pablo Sánchez Márquez | Sección: Política, Sociedad

Pablo Sánchez MárquezEs abril de este año, el Ministro Pérez Yoma, invitó a destacados institutos de pensamiento, a proponer ideas sobre una nueva “modernización” de Estado. Tales propuestas promueven la Libertad en un amplio sentido, relegando al Estado a un ente promotor de la iniciativa privada, ágil y dinámico, y facilitador de los medios para construir nuestro propio camino por una sociedad libre. No obstante esto, podemos apreciar una acción contraria del actual Gobierno en esta materia. A través de diversas acciones vemos su ánimo de expansión. Así-considero yo- se refleja en la “ley de cuotas”, que impone a los partidos políticos, conferirle cupos a las mujeres, indistinto si lo merecen o no, en el sentido de si han hecho una labor importante en el ámbito político por la comunidad.

La creación del cargo de “ministro” del deporte y juventud que – a mi juicio- no ayuda a enfrentar ambas temáticas de manera apropiada.

Y por último, tenemos el abuso de la “discriminación positiva” o “affirmative action”.

Nada más contrario al gremialismo y al espíritu de la Magna Carta de 1980. Esta última, con una cosmovisión cristiana, observa la sociedad comenzando en la persona humana, su familia, los cuerpos intermedios y luego el Estado. Debemos hacer notar, que la finalidad del Estado no es el bien común, sino que, en estricto rigor, la promoción de éste. Esto es, crear las condiciones, el contexto, que nos ayuden e impulsen a concretar nuestro bien, en una sociedad libre.

¿Cuales son las razones del actuar antes mencionado? A mi juicio, esto se debe a la creciente demanda ciudadana del actuar del Estado en materias de importancia. Conocido es el caso de la Educación y el ánimo de ciertos sectores a centralizarla abruptamente. Esto, no solo se debe a la confianza interna de la sociedad en el Estado, sino que ella no ha percibido las bondades de una sociedad libre. Más aún, en esta falta también incurren nuestros líderes, las campañas como tiempo de asistencialismo, o incluso extendiendo esta “técnica” durante el tiempo que detentan sus cargos.

Esto conlleva a un circulo vicioso, cuyos efectos son nefastos. Consiste en un círculo en la demanda, y la respuesta de las autoridades. Así, las personas se vuelven cada vez más dependientes del Estado, lo que hace posible al Gobierno de turno el manejo político de esta dependencia.

Romper este circulo implica un cambio importante y profundo en nuestro pensar, que conlleva a una educación cívica constante, realzando y subrayando la importancia de la dignidad de la persona humana, como un ser libre e igual en su dignidad y derechos, el rol fundamental de la familia, los beneficios de los cuerpos intermedios autónomos, sin intervenciones ajenas a su esencia y fin, y la relación de estos con el Estado, y por último dar a conocer la finalidad específica del Estado. En otras palabras, invito a todos, a transmitir una visión de sociedad, que se encuentra en constante ataque y amenaza, como en otros momentos históricos, impidiendo caer en un abismo en el pensar de nuestro pueblo, que puede llevar a una excesiva dependencia del hombre al Estado, una expansión de éste, y la desvaloración de una sociedad libre y democrática.

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