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Y se les terminó mayo

Se termina mayo, y con él, la conmemoración de unos de los acontecimientos políticos más interesantes de la historia del siglo XX: La Reforma del mayo ‘68 francés.
Lo que comenzó como una protesta estudiantil exigiendo mayores becas, espacios de estudio, puestos de trabajo en la Universidad y reformas curriculares, se transformó en un dolor de cabeza tanto para el oficialismo de Charles de Gaulle, como para los partidos tradicionales de izquierda (en especial el PC). Se trataba de un movimiento contestatario, libertario, de un grupo de jóvenes satisfechos económicamente, que se alzaban, en una cortina de consigas como “Prohibido Prohibir” o “Seamos Realistas…Pidamos lo imposible”, pero que en lo medular de su discurso, manifestaban su rechazo a cualquier forma de autoridad, y por supuesto, al Sistema y las ideologías tradicionales que lo explicaban.
Pero dentro de esta improvisada revisión de los hechos, la realidad es que dicha reforma, a diferencia de cómo algunos lo afirman, no define el triunfo del Relativismo Moral, de la Anarquia Política y del Postmodernismo epistemológico, no, porque como acontecimiento político y cultural, la Primavera de Praga, la Guerra de Vietnam, el Cordobazo en Argentina,  e incluso, la Toma de la Casa Central de la Universidad Católica en el 67’, marcaron, aislada y conjuntamente, el devenir de los procesos políticos en todo el mundo.
Que algunos grupos Marxistas no-comunistas celebren dicho acontecimiento no es extraño, es lo que “tienen”, se regocijan en la mística de su triunfo, pero sin advertir sucesos tan llamativos como el hecho de que  Daniel Cohn-Bendit, uno de Voceros en Francia del Movimiento, sea ahora uno de los Liberales más críticos de dicho fenómeno, argumentando que todo eso ya es “parte del pasado”. Del mismo modo, no parece extraño que los autores que dieron sostén ideológico y formal a dicha Reforma, argumentaran, en el caso de Habermas, que dicha contracultura era un “Fascismo de Izquierda”, o en el caso de Teodoro Adorno, si, el mismísimo padre de la Escuela de Frankfurt en los años 20’, quien personalmente llamó a los policías un par de veces frente a la violencia con que  transformaban sus teorías (ya que en Alemania las protestas fueron mucho más radicales que en Francia). Lo que quedo en pie del aporte superlativo de H. Marcuse: El conflicto freudiano, la alienación marxista y la negatividad hegeliana… nadie discute que quedó.
¿Qué sucede actualmente  en nuestras Universidades? “Izquierda Constructora”, “Bloque Social”, “Estudiantes Movilizados”, “Estudiantes Organizados”…se identifican claramente con la verdadera Reforma: la de los “satisfechos” (por no decir burgueses), la de los anti-sistema (que se organizan por Facebook), la de los Anti-Comunista (la idea es ser algo que solo yo se que es), y por supuesto, la de los chicos sin Autoridad.
Es lo que “tienen”, que a nuestro parecer es mucho, no por algo redactan nuestros Estatutos, saquean libremente nuestras escuelas, inventan (si, inventan) nuestras demandas y nuestras soluciones, son el centro de la atención mediática, se organizan en super-coordinadoras, en fin, nos obligan a vivir con miedo… en el miedo permanente de la Realidad que construyeron, en donde no hay espacios para disidentes, no hay espacios para altenativas, menos para oposición.

Felizmente se terminó Mayo.