En todo lo que se ha dicho y publicado sobre la corrupción, no aparece suficientemente analizado la relación que hay entre el sobreendeudamiento y el riesgo de corrupción.
Una gran mayoría de los chilenos se encuentran sobre endeudados (¿Qué hacer para dejar atrás el sobreendeudamiento?, El Mercurio, 2/11/06), lo que los convierte en personas vulnerables, que dada su situación pueden ser presas fáciles de actos de corrupción administrativa.
La relación sobreendeudamiento/corrupción en nuestro país se convertirá en una enfermedad irreversible y grave, si no lo consideramos y analizamos con seriedad y sentido de Estado, por los organismos de Bienestar y Asistencia Social y las propias empresas comerciales y financieras que otorgan préstamos sin medir la capacidad de pagos de los deudores y por ende realizan análisis de riesgo crediticio defectuosos, generando el sobreendeudamiento de la gente.
¿Cómo se explica que una Institución Financiera o Comercial  otorgue un préstamo de $4.000.000,00 a un empleado que tiene un sueldo líquido de $310.000,00? Equivale a 13 veces su sueldo líquido, siendo lo normal 4 veces. Triste realidad frente al consumismo extremo en el que nos desenvolvemos.
Adicionalmente, y no menos grave, estamos preocupados que el hampa común (caso de las armas, concriptos de las FFAA., las facturas fraudulentas de Publicam, y otras en SII; vigilantes de Brinks; bases de datos de clientes de empresas privadas y públicas, el consumo de drogas en los colegios públicos y privados), y las mafias de narcotraficantes (exportación ilegal de químicos hacia Bolivia, en Aduanas) puedan (o lo están) infiltrarse en las instituciones públicas y privadas, considerando la vulnerabilidad de sus funcionarios y empleados.

¡Es inquietante! Sería bueno analizar esta situación, dado que el tema de la corrupción se encuentra en el tapete de la opinión pública y preocupa al sistema político. Además, de ser un problema de Estado, reitero que los organismos de Bienestar y Asistencia Social de las instituciones mencionadas deberían ya intervenir en este grave problema social, y hagan reaccionar a las jefaturas de los servicios públicos y empresas privadas, a fin de que tomen las medidas más adecuadas para resguardar la integridad de su personal.
Lo mismo, deberían hacer las empresas comerciales y financieras en corregir sus análisis de riesgos, y actúen con mayor responsabilidad a fin de evitar este sobreendeudamiento que sufre la gente de clase media y media baja.
Como ciudadano, ex banquero y actualmente asesor financiero en el programa PACE (Programa de Apoyo a la Calidad de Vida en la Empresa, del Servicio Médico, C.CH.C.), siento la responsabilidad de plantear estas inquietudes, en aras de resguardar la fortaleza de nuestras instituciones como la integridad del personal.
Por favor, ¡tomemos conciencia!, de esta preocupante realidad.

Francisco Javier Vargas G., Ex banquero y profesor Universidad Católica Andrés Bello, Caracas Venezuela.